Mi hijo/a juega a videojuegos
No olvido que los videojuegos le permiten:
- Disfrutar y pasárselo bien
- Desarrollar nuevas habilidades
- Progresar y ganar
- Sentirse valorado/a
- Jugar con sus amigos/as y sus compañeros/as de clase
- Hablar de videojuegos con ellos/as
Me intereso por su contenido:
- Busco información en Internet y hablo con los otros padres antes de comprar un juego.
- Me informo sobre el contenido y la edad recomendada en www.pegi.info/es.
- Me informo sobre la duración de las partidas.
- Soy consciente de que algunos juegos proponen compras integradas.
Soy consciente de que mi hijo/a puede jugar en plataformas de videojuegos en línea que le permiten:
- Hablar con otros/as jugadores/as que pueden ser desconocidos;
- Enviarles mensajes, fotos y vídeos.
Le enseño cómo protegerse:
- En Internet, es importante proteger sus datos personales, su vida privada y su intimidad.
- Es necesario utilizar contraseñas diferentes, cambiarlas de manera regular y no compartirlas con nadie.
- Lo que publica (fotos, vídeos, mensajes, etc.) se queda en Internet para siempre y le crea una reputación (la imagen que los demás se hacen de él/ella).
- Los datos personales que cuelga o publica pueden ser utilizados en su contra.
- Las personas que conoce en Internet pueden estar mintiendo. Nunca se sabe quién se esconde detrás de la pantalla.
- Algunos contenidos no son aptos para su edad y pueden impactarlo/la.
Le explico que las plataformas de videojuegos en línea no son zonas de no derecho:
- Según la ley, queda prohibido:
- Insultar o amenazar a alguien en esas plataformas;
- Atentar contra la reputación de alguien;
- Publicar fotos o videos sin el acuerdo de la persona que aparece en estas/os.
- Si mi hijo/a se ve en una de estas situaciones tiene derecho a denunciar.
- En Suiza, mi hijo/a es responsable de sus actos ante la ley a partir de los 10 años.
Pongo una serie de reglas:
- Limito el tiempo de uso de las pantallas para que mi hijo/a pueda:
- Hacer ejercicio;
- Dormir lo suficiente;
- Hacer actividades variadas.
- Hablo con él/ella de esas reglas.
- Lo/la animo a escribir las reglas y a colgarlas en algún lugar visible.
- Voy cambiando las reglas adaptándolas a la edad de mi hijo/a.
- Hablo de las consecuencias en caso de que no se respeten dichas reglas.
Para ayudarme a mantener los límites:
- Pongo ciertas reglas y límites para el bienestar de mi hijo/a.
- Le enseño a gestionar sus emociones cuando él/ella juega o cuando llega el momento de parar de jugar.
- Instalo un control parental.
- Utilizo un temporizador para limitar la duración del juego.
- Disminuyo el uso de pantallas para darle un buen ejemplo.
- Dedico tiempo a observar a mi hijo/a mientras juega, le felicito y lo/la animo.
- Juego a un videojuego con él/ella.
Tengo motivos para preocuparme si mi hijo/a:
- pasa cada vez más tiempo jugando y descuida las otras actividades;
- se enfada de manera regular si no puede jugar o cuando tiene que parar de jugar;
- falta mucho a clase;
- sus notas empeoran;
- no duerme lo suficiente;
- se vuelve agresivo/a;
- se aísla y se encierra en sí mismo/a.